¿Contratar a un asesor confidencial interno o externo?

¿Contratar a un asesor confidencial interno o externo?

Texto: Paul Drenth Última actualización: 23 de abril de 2023 Imagen:

Dentro de una organización, los asesores confidenciales desempeñan un papel importante. Su función es ofrecer una escucha a los empleados que se enfrentan a violaciones de la integridad o son víctimas de comportamientos indeseables. El confidente ayuda a reducir los comportamientos indeseables para que los problemas no se desproporcionen. De este modo, confidant contribuye a crear un entorno de trabajo seguro para todos. En esta profesión se distingue entre asesores confidenciales internos y externos. Sopesamos los pros y los contras para que los empresarios puedan tomar la decisión correcta si se plantean contratar a un asesor confidencial.

Confidente interno

Un confidente interno es un empleado que ya trabaja en la organización. En este caso, este empleado es un confidente además de su propio cargo. Esta persona recibe formación y obtiene certificados para asumir el papel de confidente. La intención es que el asesor confidencial sea autónomo e informe directamente a la dirección en caso necesario. Si opta por designar uno interno, tenga en cuenta el siguiente escenario:

La jefa de oficina Sophie y el gestor de cuentas Merlijn tienen un conflicto entre ellos. A Merlijn le gustaría hablar de ello con un confidente, pero ahora resulta que Sophie es ese confidente interno. Por ello, Merlijn necesita hablar con un confidente externo.

Especialmente las empresas más pequeñas y con menos empleados tienen más probabilidades de encontrarse con este problema. Cuanto más pequeña es la empresa, más difícil resulta la independencia del asesor confidencial. En este caso, puede optar por contratar a un asesor externo confidencial de forma puntual.

Ventajas e inconvenientes del administrador interno

El hecho es que un confidente interno conoce bien la cultura de la empresa, por lo que puede detectar antes los problemas y es fácil de encontrar entre los compañeros. Se toman a esta persona en confianza más fácilmente, lo que puede reducir el umbral para establecer contacto. Sin embargo, esto tiene un inconveniente. Dado que el confidente es un conocido del empleado, en realidad puede resultar más difícil hablar de información confidencial con él. Además, puede resultar difícil para el confidente interno analizar la situación con objetividad.

Puede surgir un conflicto de intereses entre la función del fiduciario y su otra función. El descuido de uno o ambos papeles puede ser consecuencia de ello. Además, cuesta tiempo y dinero volver a formar a un empleado para que sea confidente. También existe la posibilidad de que el asesor confidencial interno abandone su puesto de trabajo, con lo que la organización tendría que volver a invertir tiempo y dinero en un nuevo empleado.

Ventajas e inconvenientes de los fiduciarios externos

Las organizaciones también pueden recurrir a un asesor externo confidencial. Esta persona trabaja fuera de la organización y sólo desempeña la función de consejero confidencial. Está afiliado a una organización especializada. Sus empleados pueden recurrir al confidente siempre que sea necesario. Dado que un confidente externo no desempeña ninguna función directa en la empresa, esta persona es independiente y, por tanto, puede adoptar más fácilmente una postura objetiva. Además, el empresario no tiene que invertir en costes de formación continua. También le garantizamos ayuda profesional y los conocimientos más actualizados.

Combinación de asesores confidenciales internos y externos

Las empresas también optan cada vez más por contratar a un asesor confidencial tanto interno como externo. Esta combinación da a los empleados la oportunidad de elegir con quién hablar.

¿Prefieren hacerlo con un colega o con una persona externa? De este modo, como empleador, evitará cualquier problema relacionado con confidentes internos, como se ha mencionado anteriormente. Sopesando todas las opciones, esta parece ser la mejor opción para muchas empresas. Dado que los empleados pueden decidir por sí mismos si quieren hablar con un confidente interno o externo, el umbral para iniciar una conversación puede ser más bajo. Además, en ausencia del confidente interno, esta ausencia la resuelve fácilmente el confidente externo. Los confidentes también pueden cooperar entre sí, hacer de sparring o consultarse si es necesario.

Informe a sus empleados

Una vez atado el nudo, es hora de informar a tus empleados. Según una investigación del Ministerio de Asuntos Sociales y Empleo, parece que los trabajadores no siempre tienen claro que las empresas contratan a un asesor confidencial. Nunca se repetirá lo suficiente que un confidente está disponible en caso de necesidad. Por lo tanto, comparte los datos de contacto del confidente y discute su papel con tus colegas.

Póngase en contacto

Muchas empresas están luchando por cumplir esta nueva legislación, cuando un administrador fiduciario se convierte en obligatorio para todas las empresas. Por este motivo, hemos diseñado la afiliación para PYME. De este modo, podrá cumplir la nueva legislación y disponer siempre de un asesor externo confidencial. ¿Quiere saber más? Estaremos encantados de ayudarle.

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